Mesas redondas, talleres, conferencias y presentaciones de alto contenido profesional se dieron cita la primera semana de octubre en Liber, la Feria Internacional del Libro, que se celebró en el IFEMA de Madrid entre el 4 y el 6 de octubre y que supone actualmente el mayor encuentro internacional del libro en español en nuestro país. Organizada por IFEMA MADRID y la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), en colaboración con distintas instituciones, tiene el objetivo de dinamizar el mercado del libro y ofrecer oportunidades de negocio a las principales empresas editoriales, así como mostrar las últimas novedades del sector.
Las bibliotecas también tiene cabida en LIBER, ya que se organizan distintos eventos y encuentros relacionados con su actividad, que son los que vamos a destacar en esta entrada. La Biblioteca de Cultura estuvo presente en varias de las sesiones, entre las que caben destacar dos encuentros entre bibliotecarios. En el primero se abordó el siguiente tema: Las políticas de selección y compra de libros. En él participaron Carlos García-Romeral, responsable de Lectura Pública de la Comunidad de Madrid y Adan Griego, bibliotecario de la Universidad de Stanford. Ambos expusieron los métodos que utilizan sus instituciones a la hora de seleccionar y adquirir un fondo verdaderamente interesante para el usuario. Ahí se pusieron de manifiesto las diferencias que hay entre dos grandes países como son EEUU, donde se tira más de grandes distribuidores a la hora de comprar, para centralizar la compra; y España, en concreto, la Comunidad de Madrid, donde la biblioteca pública es un elemento de integración y existen grupos especializados en diferentes temáticas que están, además, en continuo contacto con el usuario para conocer sus necesidades y hacer de intermediarios entre ellos y la intervención; y donde la prioridad es hacer que prevalezca el negocio local y de barrio, como las pequeñas librerías, potenciando así el negocio del libro.
Llama la atención como en el país norteamericano la biblioteca pública acepta su compromiso con la comunidad hasta tal punto que está presente en cualquier evento de su ciudad, como puede ser el desfile del Orgullo o los carnavales. Pero, sobre todo, destaca la lucha que tienen los bibliotecarios desde la era de Trump contra la censura, pues hay estados en los que esa censura de libros en bibliotecas, escuelas y universidades se está convirtiendo en una amenaza creciente y organizada desde la esfera política conservadora. La Asociación Americana de Bibliotecas (ALA) registró en 2022 un total de 1.269 intentos de censura de libros y otros recursos, una cifra que prácticamente duplicó la del año anterior y que marcó un récord en las dos décadas que la organización lleva recopilando este tipo de datos. Por ello, el objetivo y reto principal de los bibliotecarios estadounidenses, se centra, en palabras de Adan Griego, “en combatir ese tipo de políticas con diferentes estrategias en cada territorio”. Por su parte, García Romeral aseguró que, en las bibliotecas de Madrid no existe censura.
Por otro lado, otra de las sesiones sobre bibliotecas fue la mesa redonda El libro electrónico en la era post-covid: bibliotecas y acceso, en la que participaron Matías Chimirri, director comercial de Libranda y Ana Ordás, coordinadora de la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística (FESABID) de KR21 en España y fue moderada por Francesc Xavier González, jefe de la Sección de Gestión de la Colección del Servicio de Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya y presidente de FESABID.
En esta mesa también fue protagonista el tema de la censura, comparando el universo del libro digital con el del libro impreso y llegando a la conclusión de que, a nivel de logística, quien quiere censurar le da igual si son libros físicos o digitales, independientemente de la tecnología. Si bien es cierto que, al estar más centralizado el acceso a libros digitales, el control es más inmediato y afecta a muchas más personas. A nivel de garantías, la representante de Fesabid habló de un programa europeo que se centra en ofrecer seguridad jurídica para dar acceso al conocimiento desde la biblioteca a todas las personas, lo que garantiza los préstamos de contenido digital sin censura. Por su parte, Matías Chimirri, mencionó el Club de Libros Prohibidos, puesto en marcha por The Digital Public Library of America (DPLA) en Estados Unidos, y cuya misión es proporcionar a cualquier persona que se encuentre en una biblioteca que haya prohibido un libro el acceso a la versión digital de forma gratuita. En España, el proceso censor está más controlado, según Chimirri, pues el 90% de plataformas de contenidos digitales son públicas, lo que garantiza el derecho de acceso a la información y el cumplimiento de la constitución española.
Todo esto llevó al tema del Préstamo Digital Controlado, método que permite a las bibliotecas prestar libros impresos digitalizados a los usuarios de forma similar a como se prestan los libros impresos y que ocupó gran parte del debate pues, es un tema controvertido al entrar en juego los derechos de autor y propiedad intelectual de las obras que se han digitalizado para dichos préstamos. Muchos autores dicen que pierden ingresos adicionales por cada préstamo no autorizado que se lleva a cabo bajo la teoría de este tipo de préstamo, mientras los bibliotecarios argumentan que no tiene la intención de actuar como un sustituto de los servicios de licencias electrónicas existentes ofrecidos por los editores. De hecho, una ventaja significativa del préstamo digital controlado es que aborda el “problema del siglo XX” de los libros más antiguos que aún están protegidos por el derecho de autor, pero que probablemente nunca serán ofrecidos digitalmente por los servicios comerciales.
Queremos destacar también la participación del Ministerio de Cultura y Deporte en LIBER La Dirección General del Libro, del Cómic y de la Lectura, patrocinador del evento, tuvo un papel importante en las jornadas profesionales con la organización de dos mesas redondas en las se invitó a reflexionar sobre el derecho a la lectura y se promovió el intercambio de buenas prácticas para crear nuevas comictecas en las bibliotecas públicas. Además, el Ministerio de Cultura y Deporte, contó con un stand de 150m2 en el que se ofreció información sobre el mundo del libro, la lectura y las letras españolas, con una muestra de más de 900 libros entre los que se encontraban publicaciones oficiales y títulos de los últimos Premios Nacionales de Literatura 2022, además de Premios Cervantes desde 1976 hasta 2022. En esta edición hubo también dos exposiciones bibliográficas dedicadas a los ganadores del Premio 2022 a las Mejores Encuadernaciones Artísticas y del Premio 2022 a los Libros Mejor Editados.