XX Aniversario de la Declaración de Bolonia

En este mes de junio se cumplen veinte años desde la firma de la Declaración de Bolonia, que tenía como objetivo homologar los estudios universitarios de la Unión Europea y facilitar la movilidad de estudiantes. Entre las reformas impulsadas con ella se encuentra la estructuración de la formación universitaria en tres niveles o ciclos, grado (3-4 años),  postgrado (1-2 años) y doctorado, la instauración de la enseñanza por créditos y el establecimiento de un sistema de garantía de la calidad. Actualmente, estos cambios afectan a 48 países.

Los próximosBologna_symbol días 24 y 25 de junio tendrá lugar en Bolonia una celebración conmemorativa de dicha Declaración, que reunirá además numerosas ponencias y mesas redondas celebradas simultáneamente. Con el título “Bologna Process beyond 2020 : fundamental values of the EHEA” este evento pretende fomentar una discusión sobre los valores fundamentales del Espacio Europeo de Educación Superior, así como generar una visión para la educación superior europea más allá de 2020. El encuentro está promovido por el Alma Mater Sudiorum, de la Università di Bologna, junto con el Ministerio de Educación, Universidades e Investigación de Italia.

Una recopilación de lo que han supuesto estas dos décadas en cuanto a transformación y reforma estructural dentro del sistema educativo europeo es accesible a través de esta reflexión de Roberto Rodríguez Gómez. Sin embargo,  tampoco hay que obviar que en los últimos tiempos la petición deimage_mini una evolución de todo lo  planteado en Bolonia, de la que se hace eco este otro artículo publicado en La Vanguardia, ha sido una reclamación más que recurrente.

De hecho, también la Agencia Ejecutiva en el Ámbito Educativo, Audiovisual y Cultural ofrece periódicamente un informe de implementación del Proceso de Bolonia, y este informe muestra dónde se ha avanzado, pero también señala las lagunas que deben cubrirse si queremos fortalecer la cooperación europea en educación superior sobre la base de la calidad y la confianza mutua.

De recientísima publicación, la obra Reform! Tuning the modernisation process of higher education in Europe de Robert Wagenaar, nos insta a no olvidarnos de los antecedentes que ayudaron a sentar las bases del Proceso de Bolonia: el desarrollo de un Sistema Europeo de Transferencia de Créditos (ECTS) para facilitar y asegurar el reconocimiento de los resultados de estudios realizados en una institución de educación supecover_issue_215_en_USrior extranjera y el programa ERASMUS, lanzado en 1986. Ambos, junto con el proyecto Tuning Educational Structures in Europe, destinado a ofrecer a los profesores una voz en la reforma que se estaba llevando a cabo, son la base de este análisis que muestra las contribuciones de la implantación de este sistema  y también el estancamiento en el que, a juicio del autor, el proyecto se encuentra.

No quisiéramos finalizar sin mencionar la contribución de la revista Tuning journal for higher education que también ha querido hacerse eco de este aniversario y ha decidido editar un número monográfico dedicado por completo a esta efeméride.