En noviembre del pasado año arrancó el debate para la reforma de la profesión docente con la celebración del foro Educar para el siglo XXI. Desafíos y propuestas sobre la profesión docente. Con esta iniciativa el Ministerio de Educación y Formación Profesional inició un proceso de reflexión encaminado a elaborar una propuesta para la toma de decisiones sobre las necesidades y reformas que necesita la profesión docente de cara al futuro. La prioridad es conseguir que se mejore su formación inicial y permanente, así como introducir la evaluación voluntaria para “seguir el mismo modelo de la universidad”. A diferencia de lo que sucede con la educación superior, en el caso de la escuela la evaluación no estaría ligada a la antigüedad, pero sí a incentivos económicos y al reconocimiento profesional, como sucede en la universidad.
En el artículo de reciente publicación, Evaluación del profesorado como camino directo hacia la mejora de la calidad educativa (Revista de investigación educativa, 2019) Tomás Escudero Escorza, presenta y defiende la evaluación del profesorado como una faceta muy relevante de la investigación evaluativa en educación, con un gran potencial para fortalecer y mejorar diversos aspectos de la calidad educativa, si el proceso de evaluación se lleva a cabo y se contextualiza adecuadamente, siguiendo los principios y características de la evaluación defendidas en numerosas publicaciones científicas de importantes expertos nacionales e internacionales.
Para Antonio Bolívar, Desarrollo profesional docente: ausencia de carrera profesional, (Aula Magna 2.0, octubre 2018) la finalidad de una evaluación externa de la práctica docente debe ser asegurar el derecho de aprender de todos los alumnos y servir para apoyar y promover el desarrollo profesional del profesorado. Hace un análisis sobre la ausencia de carrera profesional de los docentes y sobre la situación anómala que hace que los docentes, además de no ser evaluados, con los años ganan casi lo mismo que los que acaban de empezar.
Una serie de informes aparecidos en los últimos años han entrado en este debate que se considera fundamental para conseguir la mejora de la calidad educativa:
La voz del profesorado acceso a la profesión docente e inserción en el puesto de trabajo (Madrid : Consejo General de los Ilustres Colegios Oficiales de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias, 2014). Este informe de Javier M.Valle y Jesús Manso ofrece los resultados y conclusiones de una investigación llevada a cabo para conocer de primera mano la opinión de los profesores españoles en torno a dos cuestiones de actualidad: un nuevo sistema de acceso a la función docente y un posible período de cualificación en el puesto de trabajo (siguiendo el modelo MIR de formación de los médicos).
De los mismos autores, Lifelong teacher education : ser docente a lo largo de la vida (Madrid : Sial Pigmalion, 2017), en el que conceden gran importancia a la consideración de la práctica de la profesión docente como un proceso en el que la formación, el acceso, la selección, la inducción y el desarrollo profesional no son sino etapas sucesivas de un continuo (disponible para consulta o préstamo en la Biblioteca)
Libro Blanco sobre la Profesión Docente (diciembre 2015) de José Antonio Marina, Carmen Pellicer, Jesús Manso. La evaluación del desempeño docente ocupa uno de los capítulos de este trabajo sobre la profesión docente encargado al filósofo y pedagogo José Antonio Marina por el Ministerio de Educación en 2015. Se trata de una propuesta inicial para el debate educativo, y entre las medidas planteadas figura la relativa a la necesidad de implantar un sistema de evaluación de los docentes.
Hacia un modelo profesional docente del siglo XXI (noviembre 2015). En esta propuesta del PSOE de 2015 y respecto a la evaluación del profesorado se establecían incentivos (no castigos) y se proponían distintos niveles en la carrera profesional docente —de novel a experto—. La evaluación sería en cualquier caso “voluntaria” y puesta en marcha por personal especializado. También se propone subir la nota de acceso de Magisterio y reforzar la formación del profesorado.
En el Dossier d’educació Són necessaris els incentius al professorat? (Fundació Bofill, 2016), Francesc Colomé se plantea la necesidad, viabilidad y condiciones de implementación de una política de profesorado, en relación con los incentivos, y específicamente con los incentivos económicos, ya que afirma “la no existencia de una política de incentivos es en sí mismo un incentivo que promueve ciertos comportamientos o los desalienta”.
Modelo de evaluación para el desarrollo profesional de los docentes (Madrid : Fundación SM, 2018). En este documento los profesores de la Universidad Complutense de Madrid, Álvaro Marchesi y Eva María Pérez, presentan un modelo de evaluación basado en competencias profesionales, voluntario y con incentivos económicos vinculados a cada evaluación positiva. Además, abre el camino para el diseño de una carrera profesional de los docentes. Una propuesta que pretende contribuir a poner en valor el trabajo de los profesores, reforzar su prestigio, favorecer su desarrollo profesional y mejorar la calidad de la educación
La evaluación de docentes de educación básica : una revisión de la experiencia internacional de Felipe Martínez Rizo. (México: INEE, 2016). Con el fin de contribuir a la reflexión respecto a cómo mejorar la calidad de la educación en México, este documento presenta un amplio panorama de la experiencia internacional sobre evaluación de maestros. Es una revisión de literatura sobre los enfoques que se han utilizado a lo largo del tiempo para evaluar a los maestros, paralelamente a la expansión de la educación básica en los sistemas educativos de muchos países.