Ante la crisis del consumo tradicional de la música, venta de discos fundamentalmente, el sector ha visto como estos últimos años se ha multiplicado las asistencia y los ingresos provenientes de la música en directo y los conciertos, en este ámbito el impulso fundamental lo han dado los grandes festivales de música, que han propiciado la recuperación del sector, frente a un mercado físico de la música grabada que sigue acumulando pérdidas. Estos eventos han crecido por todo el territorio y baten récords de asistencia. Los festivales viven un nuevo boom y son el trampolín para un nuevo modelo de negocio dentro del sector de la música. Se han constituido desde los años 90 como eventos de música en directo que atraen a un público objetivo, amantes de la experiencia, que ha ido creciendo en los últimos años como una fuente de riqueza y desarrollo económico y social, promocionando los lugares en los que se realizan y potenciando otros sectores al margen de la música.
El sector de la música tiene un impacto de más de 5.000 millones de euros, según un estudio de Promusicae. De esta cantidad, más del 50% corresponde a los espectáculos musicales en directo, que declararon una facturación de 223 millones de euros en 2016, debido, según la Asociación de Promotores Musicales, al auge de los festivales de música en España, en este año 2018 está previsto que se celebren más de 300 festivales en nuestro país, muchos más si tenemos en cuenta los festivales de pequeño formato, a los que asistirán más de 2.500.000 de personas y se calcula que solo los 10 más grandes producen un impacto económico de más de 400 millones de euros. De todas estas cifras también es fácil deducir que estas grandes citas son también un potente motor de creación de empleo y suponen un impulso muy interesante para el desarrollo local.
Y es ahora con la llegada del buen tiempo y el verano cuando diríamos que comienza la época de festivales, aunque realmente el pistoletazo de salida ya se dio hace un par de meses, es a partir de este mes cuando se acumulan los más importantes. Tenemos carteles de todo tipo y para todos los gustos reinventándose un año tras otro, con unas fuertes intenciones de diferenciarse y de ofrecer un gran espectáculo. Son, sin ninguna duda, una cita cultural imprescindible y se han convertido, además, en una atracción turística, que ha llamado la atención no solo del sector privado sino también de organismos públicos que los apoyan y colaboran con ellos.
Para el sector de las Industrias Culturales y Creativas, los festivales se han convertido en eventos claves, en los que se juntan numerosos factores que van mucho más lejos de los estrictamente musical, en el ámbito audiovisual los diseños y las producciones son cada vez más apabullantes; el contacto y la gestión de multitud de artistas conlleva una dificultad logística importante; la organización de una red de proveedores también es una cuestión complicada, por ejemplo en el ámbito de la restauración, ya que hay que prestar servicio a miles de personas; además hay que gestionar unas medidas de seguridad cada vez más rigurosas.
En estos últimos años los festivales musicales han experimentado grandes cambios, no solo se trata de ofrecer una serie de conciertos sino de ofrecer una experiencia completa al asistente con una oferta que va más allá de lo puramente musical, con diferentes actividades vinculadas según el tipo de festival que sea. Aun así, sigue habiendo algunas sombras, en algunas ocasiones los asistentes se quejan del trato recibido, colas, dificultades de acceso, precios abusivos de comida y bebida y en algunos servicios, que aunque se va mejorando en muchos festivales, son todavía en ocasiones deficientes. También se corre el riego de una excesiva masificación en determinados eventos que acabe arruinando la experiencia al asistente. Hay que destacar que, aunque parezca que se esté lejos de representar un mercado saturado y que estamos ante un fenómeno en auge y una oportunidad en expansión, también es cierto que la proliferación de este tipo de eventos puede provocar un efecto burbuja que provoque que se termine agotando el modelo, no en vano un número importante de festivales no han sobrevivido.
Otro punto interesante y conflictivo al mismo tiempo es la contratación de grupos y artistas para el festival, que se hace durante el año anterior a la celebración del mismo, una de las mayores complicaciones es la negociación con los artistas internacionales, ya que no tienen una tarifa fija, todo el mundo quiere a las grandes bandas que giran durante el verano, lo que en ocasiones genera una guerra entre promotores del que se aprovechan los managers de las bandas para aumentar cada vez más los cachés. En este conflicto, el que acaba perdiendo es el público general, ya que los precios suben y las exclusividades firmadas por los grupos les impiden que, en ocasiones, sus bandas favoritas puedan actuar en más de un festival.
Algunos de los principales festivales de música entre los que se celebran en España en 2018 son:
- Primavera Sound (Barcelona, 30 mayo-3 de junio)
- Azkena Rock Festival (Vitoria-Gasteiz, 22-23 de junio)
- Download Festival (Madrid, 28-30 de junio)
- Rock Fest BCN (Barcelona, 5-7 de julio)
- Mad Cool Festival (Madrid, 12-14 de julio)
- Bilbao BBK Live (Bilbao, 12-14 de julio)
- Resurrection Fest (Viveiro, 12-14 de julio)
- Sónar (Barcelona, 18-20 de julio)
- Festival Internacional de Benicàssim (Benicàssim, 19-22 de julio)
- Low Festival (Benidorm, 27-29 de julio)
- Arenal Sound (Burriana, 1-5 de agosto)
- Dreambeach (Villaricos, 8-12 de agosto)
- Sonorama (Aranda de Duero, 8-12 de agosto)
- Rototom Sunsplash (Benicàssim, 16-22 de agosto)
Como músico (toco la batería eléctrica) me encanta escaparme cada vez que puedo a uno de estos festivales y disfrutar de su música y sobre todo de su buen ambiente. Espero repetir este año y visitar unos cuantos.
Hola me encanta la musica y los festivales. De hecho soy musico y estoy ando trabajando en bandas sonoras para videojuegos.
Os agradezco mucho el aporte!!!