Durante estos días podemos disfrutar de una de las tradiciones españolas más galardonada a nivel internacional que cuenta además con un indiscutible atractivo cultural y turístico: la Semana Santa. Os queremos presentar en este blog una breve historia de su imaginería procesional.
La imaginería barroca es una especialidad del arte de la escultura, dedicada a la representación plástica de temas religiosos, por lo común realista y con finalidad devocional, litúrgica, procesional.
Las procesiones de Semana Santa reúnen lo más característico de la religiosidad barroca, la teatralidad, manifestada en una intensa expresión de los sentimientos. Su principal elemento es el paso, un grupo de figuras colocadas sobre una plataforma que escenifican episodios de la Pasión, como si fuese un melodrama en su momento crucial. Realizado primero en materiales efímeros, pronto se generalizaron las tallas en madera policromada, con postizos de cristal o marfil, encargadas por las cofradías a artistas de renombre.
La costumbre de procesionar se extingue en el siglo XVIII ante el avance de la secularización, quedando relegada al olvido, hasta que en 1920 fue relanzada por la Iglesia.
Será en España donde más espectacularmente se desarrolle este tipo de escultura, desde donde se extenderá a toda América Central y del Sur. Tienen mucha importancia los pasos procesionales de Semana Santa y los retablos para las iglesias y catedrales, que cobrarán una importancia espectacular por su número, dimensiones y significación en el Barroco.
Las escuelas más importantes en España son:
Escuela castellana
Se caracteriza por el realismo violento en el que se exalta el dolor y el patetismo. Su mejor exponente fue Gregorio Fernandez (abril de 1576, Sarria, Lugo-22 de enero de 1636, Valladolid). La colección más importante de su obra se encuentra en el Museo Nacional de Escultura, en Valladolid. Fernández trabajó para las cofradías vallisoletanas, y el museo cede, como un hecho museístico singular, importantes piezas de sus fondos a las cofradías durante la celebración de la Semana Santa.
Algunas de sus obras son:
Cristo de la Luz (h. 1630, Hermandad Universitaria del Santo Cristo de la Luz). Cristo atado a la Columna (1619, Cofradía de la Santa Vera Cruz).
Conjuntos escultóricos: San Juan y Santa María Magdalena al pie de la cruz (1619, Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias).
Escuela de Andalucía
La escultura, aunque también es realista, emplea un realismo más clásico, más sereno. Dentro de esta escuela destaca Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén 1568–Sevilla 1649)
Uno de los pasos procesionales de la Semana Santa sevillana que mayor pasión y devoción genera y el único que sale en procesión del escultor andaluz es el Cristo de Pasión (1615. Madera policromada. 164 cm de altura. Convento grande de la Merced. Sevilla).
Escuela murciana
Francisco Salzillo y Alcaraz (Murcia, 12 de mayo de 1707-2 de marzo de 1783) fue un escultor barroco español, considerado como el más representativo imaginero del siglo XVIII español y uno de los más grandes del Barroco. Desarrolló su actividad en Murcia, en donde elaboro un estilo en transición hacia el rococó y el neoclasicismo al no profundizar en los aspectos dramáticos de las escenas, ahondando en conceptos naturalistas y de idealizada belleza, iniciando la denominada escuela murciana. Murcia, cuenta hoy día con un museo dedicado a su obra, el Museo Salzillo, que alberga algunas de sus obras más características, como los ocho pasos que procesionan el Viernes Santo en la llamada procesión de los Salzillos.
Podéis acceder a la bibliografía sobre la imaginería barroca y la Semana Santa que hemos seleccionado en la Biblioteca de Cultura.
* Este artículo ha sido realizado por nuestra compañera Mari Paz Ruiz-Alba Serrano, que después de tantos años realizando una gran labor en la Biblioteca de Cultura hace pocos días empezó una nueva etapa en su vida. Sus compañeros queremos dedicarle la publicación de esta entrada y desearle la mejor de las suertes.
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